*Silencio*
Mujer en la penumbra de la noche,
arrastrando tus huellas en la playa,
absorbiendo el monólogo insistente
del mar brumoso que hacia ti resbala;
sin más luz que la luna vergonzosa
camuflando su rostro de fantasma,
y las farolas tímidas del muelle
columpiando sus luces en el agua.
Sin prisa vas, pero la mente inquieta
alas de viento tiene y se desata.
Misteriosos amores de horizontes,
los que te piensan con mirada clara,
o sumergen sus vidas en tu vida,
o te rasgan el alma y la desgastan;
los que te añoran sin que en ellos pienses,
los que maduras sin que en ellos nazcas.
En esta noche oscura vienen todos,
con cada golpe de ola, cada ráfaga
de viento sacudiendo tus cabellos,
cada rumor que la quietud quebranta.
No sé si es paz lo que en tu pecho anida,
o congoja de un nudo en la garganta,
o agonía, arrancándote a pedazos,
el último vestigio de esperanza.
Pero en la noche trazas tu sendero
sobre la húmeda arena de la playa
como quien huye de un pasado negro,
sin esperar la nueva madrugada.
Aunque este mar, galán de medianoche,
tienda su abrazo a ti en lúbrica danza,
y te llame su voz, fragor y estruendo,
y eche a tus pies una guirnalda de algas,
que la sonrisa de su leve espuma
no te seduzca en esta noche amarga.
Mujer en ciega reflexión sombría,
no te niegues la luz de la mañana.
F.A. Hidalgo
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