martes, 28 de septiembre de 2010

*Silencio*



























Mujer en la penumbra de la noche,




arrastrando tus huellas en la playa,




absorbiendo el monólogo insistente




del mar brumoso que hacia ti resbala;




sin más luz que la luna vergonzosa



camuflando su rostro de fantasma,



y las farolas tímidas del muelle



columpiando sus luces en el agua.



Sin prisa vas, pero la mente inquieta



alas de viento tiene y se desata.



Misteriosos amores de horizontes,



los que te piensan con mirada clara,



o sumergen sus vidas en tu vida,



o te rasgan el alma y la desgastan;



los que te añoran sin que en ellos pienses,



los que maduras sin que en ellos nazcas.



En esta noche oscura vienen todos,



con cada golpe de ola, cada ráfaga



de viento sacudiendo tus cabellos,



cada rumor que la quietud quebranta.



No sé si es paz lo que en tu pecho anida,



o congoja de un nudo en la garganta,



o agonía, arrancándote a pedazos,



el último vestigio de esperanza.



Pero en la noche trazas tu sendero



sobre la húmeda arena de la playa



como quien huye de un pasado negro,



sin esperar la nueva madrugada.



Aunque este mar, galán de medianoche,



tienda su abrazo a ti en lúbrica danza,



y te llame su voz, fragor y estruendo,



y eche a tus pies una guirnalda de algas,



que la sonrisa de su leve espuma



no te seduzca en esta noche amarga.



Mujer en ciega reflexión sombría,




no te niegues la luz de la mañana.




F.A. Hidalgo

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